viernes, 24 de abril de 2015

...Y VAN 10


De todas las crónicas que he escrito de alguna de mis carreras, ésta es la que más me está costando empezar. Y creo que es porque en esta ocasión no soy yo el héroe, el corredor que después de una gran lucha y sufrimiento consigue lograr sus objetivos atléticos y personales. Mi único mérito ha sido acabar mi décimo maratón. Que sí, que está muy bien, que estoy muy contento y orgulloso, pero los verdaderos héroes han estado esta vez a mi alrededor.

Apenas dos meses después de conseguir mi mejor marca en maratón, en Sevilla, haciendo 3h28m10s había gente que consideraba algo arriesgado, incluso una locura, atacar otra vez la distancia mítica. Así que a la locura propia, la pasión por correr maratones, las ganas de volver a Coruña y la motivación que suponía hacer el décimo, le uní la cordura de saber que no iba a mejorar mi marca y la ilusión por acompañar a mi amigo Javi en su primer maratón.

Con estos ingredientes me marqué unos objetivos claros. Pasarlo bien, disfrutar, acabar y acompañar a Javi  hasta el final. Si íbamos al mismo ritmo, perfecto, si él flaqueaba en algún momento, acompañarle, y si tiraba más que yo, apretar los dientes y seguirle. Como siempre, vaya.

Después de levantarme a las 6:01 (sí, sigo siendo supersticiosos) desayuné en la habitación y salí a dar un paseo de reconocimiento. La mañana estaba perfecta para correr. Poco, muy poco viento, temperatura fresquita agradable y el cielo encapotado. Pasé por la plaza de María Pita y por la calle Real. Todo estaba preparado para vernos llegar en unas horas.

A las 8 quedé con Javi y el resto de compañeros del CARMA (ya sabéis, el mejor equipo de atletismo del mundo). Pancho, Bruno, Alejo y Víctor se colocaron en el primer cajón, con el objetivo en su cabeza y en sus piernas de acabar en menos de 3 horas. Lamas para bajar de 3:30, y Mincha, Javi y yo nos vamos al último cajón. Javi es la primer vez que corre esta distancia, Mincha ya lo ha hecho en 16 ocasiones, pero llega lesionado y con pocos kilómetros, y yo…a cumplir los objetivos ya planteados.

Salimos con tranquilidad. Mi idea es llegar a la media maratón en 1:45-1:50, y a partir de ahí, hacer balance de daños y decidir qué hacer. El recorrido de este año deja dos partes claramente diferenciadas. La primera mitad me resulta fea, pero al menos es al principio, todavía vamos frescos. De esta primera mitad me quedan para el recuerdo varias escenas, como a los compañeros Pi y Banderas, haciéndonos fotos y animándonos a la altura de “el Corte Inglés” con megafonía incluida. O los cruces con los compañeros, viendo y disfrutando al ver cómo iban cumpliendo sus objetivos, o esa señora que a la altura del 16 nos llamó "los tres mosqueteros”.

Pasamos la media en 1h48m12s. Vamos bien. Calculo que de seguirá así la cosa, si no paramos (y eso no entra dentro de nuestros planes) estaremos entre 3h35m-3h40m.

Mincha nos dice que cómo se nota quién va entrenado y quién no, y es que en un momento Javi y yo, sin darnos cuenta, hemos empezado a ir más ligeros. Volvemos a regular nuestro ritmo. Tenemos como objetivo parcial de carrera llegar al 30 con ganas de correr, y no hay que apresurarse.

Van pasando los kilómetros y a la altura del 24 pasamos a la parte de las playas. Nos quedan 18 kms duros. Vamos con fuerza, pero aquí nos esperan cuestas y viento, dos vueltas entre las dos rotondas (Labañou y torre de Hércules), la pequeña subida de Riazor, y sobre todo la acumulación de kilómetros.

En ese punto están las familias de los compañeros del CARMA, animándonos. Javi y yo nos dejamos llevar por el momento y aceleramos. Nos damos cuenta y volvemos a bajar el ritmo. No hay que dejarse llevar por las emociones, y vamos con Mincha, que nos dice (lo repetirá varias veces hasta la meta) que nos vayamos y tiremos. Comentamos que esto es como cuando uno sale de copas. Se sale todos juntos, se vuelve a casa todos juntos.

Me doy cuenta de que estoy disfrutando la carrera. En mi cabeza se mezclan muchas historias. Me vienen ideas de cómo puedo ayudar a mis compañeros a terminar con éxito esta aventura, y me doy cuenta de que es este empeño en ir con ellos el que me está ayudando a mí a ir devorando kilómetros sin apenas notarlo. Sin saberlo, ellos me están echando una mano a mí.

Y van pasando los kilómetros. La última bajada desde la torre de Hércules hasta abandonar las playas se me hace larga. No la sufro, apenas me duele nada, pero se me hace eterna, hasta que bajamos hacia la plaza de Pontevedra y vemos el kilómetro 41.

Y ahí sí que sí. El trabajo está hecho. Sabemos que vamos a acabar, y en un tiempo más que digno. Javi da gritos de ánimo, a sí mismo, a Mincha, a mí.

Le digo a Javi que tire, que se vaya, que disfrute. Me contesta lo único posible en ese momento: “sí, hombre, hemos venido juntos hasta aquí, como para irme ahora”.

Cuando enfilamos la calle real la vista es espectacular. Toda la calle vallada para dejarnos paso a los maratonianos. Nos cruzamos con compañeros que ya han terminado, con Víctor, con Bruno, con sus familias, con Rocío, que nos hace fotos. Aún nos quedan unos 500 metros, pero veo a Javi que se echa las manos a la cara, emocionado, y me emociono. Le grito, le doy una palmada, a Mincha también.

Entramos en María Pita, nos damos los tres la mano y entramos victoriosos, gritando, en meta.

3h 39m 25s


Nos abrazamos. Creo que lloramos, yo por lo menos lo hago. Les digo gracias, gracias, mil gracias, compañeros, porque me habéis ayudado a cumplir los objetivos, porque me lo he pasado genial, porque he disfrutado, porque he acabado, y sobre todo porque me habéis dejado acompañaros hasta el final, todo un lujo de compañeros.

Como decía al principio, rodeado de héroes

Alejo acabando su primer maratón en 2h 49m 26s. Bestial
Víctor 2h 54m 08s. Genial, como siempre
Pancho por fin consiguiendo ser sub-3, con 2h 56m 12s
Bruno pese a tener algún momento duro, 2h 58m 12s
Carlos, que aunque llegó tarde a la foto, corrió para acabar en 3h 12m 34s
Lamas, que aunque lo intentamos no conseguimos pillarle, 3h 36m 28s

Y los tres mosqueteros, 3h 39m 25s


miércoles, 22 de abril de 2015

Coruña 42 2015: El que la persigue la consigue

Lo vivido este domingo en las calles de A Coruña ha sido fantástico. Afrontaba mi 15º maratón y el 7º en el que intentaba bajar de las 3 horas.  No va a ser fácil encontrar las palabras que expresen todo lo vivido pero voy a intentarlo.
A las 5:50 suena el despertador tras una noche típica premaratón ya que me costó conciliar el sueño. No  estaba nervioso o esa era la sensación que tenía y a lo mejor sí que lo estaba. Desde luego los días previos al domingo estaba bastante sosegado. Por supuesto que tenía en mente la carrera pero creo que lo llevé mucho más relajado que en otras ocasiones.

Al levantarme me tomo un plátano en la habitación y preparo con calma las cosas que necesitaré llevar. A las 6:30 bajo a desayunar. Con la compañía de un periódico tomo un zumo de naranja y un par de cafés cortados con leche. Solido tomé unas cuantas galletas, almendras y pasas. Luego subo a la habitación y con calma acabo de organizar todo lo necesario y repaso por si acaso. No se puede cometer el error de olvidarse de algo: que si el gel, el pulsímetro, el Garmin…  A las 7:50 salgo camino del guardarropa que está en María Pita. Amenaza lluvia y la temperatura buena aunque un pelín fresca a esas horas. En la plaza ya están algunos conocidos a los que saludo y deseo suerte, caso de José Carrera, Lolo Penas, Ismael Casal, Jose María Levoso… Voy con tiempo hacia la salida donde quedé con mis compañeros de equipo y el míster. Por la calle Real me cruzo con más compañeros que aún van para el guardarropa caso de Fema Hernández o de Charo (a la postre será la ganadora femenina).  Me para un corredor que me dice que me sigue el diario y me desea mucha suerte a lo que le correspondo. Camino reflexionando sobre el montón de personas he conocido en este mundillo y cuantas siguen el diario de un modesto corredor, un atleta popular y creo que la clave está en la constancia.
Hacemos la CARMA foto de rigor y como es costumbre siempre falta alguien, en este caso Carlos Cid jajaja 
CARMA foto

En la zona de salida un par de pisitos antes de entrar en el cajón y unos estiramientos. Estoy bastante tranquilo y confiado. Pienso que esta vez pueden caer las 3 horas pero también lo pensaba en los últimos maratones. Prácticamente no calentamos. Simplemente unos rodeos  al reducido cajón en los que ni pongo el Garmin en funcionamiento y que ni llegarían a 100 metros. Nos deseamos suerte el grupo de entreno y compañeros de otros equipos.
La táctica es sencilla. Adán marcará el ritmo a seguir y nosotros detrás. Lo tengo claro y me desentenderé de calcular ritmos, ya el míster irá dando parciales. El objetivo 2 horas 58’ (luego nos confesará Adán que desde el principio iba a correr para 2 horas 55’’ ya que nos veía preparados pero no lo dijo para quitar presión).
Tras el primer Km sobrepasamos el globo de 3 horas y configuramos un grupo en el que comandados por Adán vamos, entre otros, los CARMA (Alejo, Bruno, Víctor y servidor), un par de Egovarros (Rubén Vila y Roberto Collazo), Jose Ramón Mayo (“Moncho de Pelejrino”), Ángel Bello (3&run Pedro Nimo) y Jose Antonio Rodríguez (Athletics). La gran mayoría de este grupo de unas 15 unidades permanecerá unido hasta más allá del paso por la media maratón. En todo momento Adán presidiendo el grupo y secundándolo sus pupilos.

Primeros compases de carrera
Voy muy concentrado, hasta el punto que en alguno de los corredores que conozco del grupo no caigo en su presencia hasta más allá de la primera vuelta, caso de “Moncho de Pelejrino”.  Concentrado pero eso no quita para que también echáramos algunas risas como cuando sobre el 2º Km observamos como a Pepe (COMESAÑA S.C.), que nos lleva unos metros, se le pone en paralelo la bicicleta de la organización que tiene que escoltar a la primera mujer y este se gira y le hace un gesto con los brazos como diciéndole “¿pero qué pasa?” jajaja.

Saludando a Banderas
Como ya tenía preestablecido nuestro compañero debutante  Alejo nos dejará en el Km 3 al ir incrementando el ritmo. 
El resto devoramos Km con las únicas incidencias de algunos que paran a orinar. Caso de  Jose Antonio que se queda rezagado y de Adán y Bruno que vuelven a conectar al cabo de un Km. A lo largo del Km 14 tomamos el primer gel sin incidencias.

Hasta poco más del Ecuador de la prueba damos dos vueltas a un circuito “triangular” con vértices aproximadamente en los Cantones, la rotonda de Lonzas y la rotonda de Oza. Tenemos un perfil prácticamente llano pero es una zona bastante desangelada, con muy poca animación. Eso no quita que sean numerosas las muestras de apoyo que recibo de corredores con los que nos cruzamos, compañeros que saben lo que llevo luchando por este sueño. Un millón de gracias por esos “venga Pancho”o “vamos Pancho”. Especial mención para nuestro querido compañero portugués Antonio Franco que cada vez que nos cruzábamos se paraba en la mediana e animarnos.  A destacar la presencia sobre el Km 8 y 18 de nuestros compañeros de equipo de la sección de Montaña Pili y Antonio que están con cámara fotográfica y Megáfono!!!!!
El ritmo está siendo más rápido del que en teoría teníamos que llevar. Alguno,” temeroso” de que después lo paguemos,  se lo hace ver al míster quien se limita a decir “pasar del reloj”. Por lo que a mi concierne sigo tranquilo y con confianza máxima en el guía, que de esto sabe un buen rato.
Terminando la segunda vuelta


La temperatura es genial por lo que evito usar la ducha que hay en la rotonda de Oza, no vaya a ser que me coja el frío al refrescarme con el aspersor. Pasamos la media maratón en ¡1:27:28! El grupo se estira pero las “nécoras” seguimos compactas en torno al entrenador. Todo va perfecto pero el maratón no comienza hasta el Km 30. 
Falta la 2ª parte del recorrido, la que  consiste en dar dos vuelta entre las rotondas de Labañou y de la Torre. A la dificultad inherente que representa la acumulación de Km se le va a sumar las cuestas que hay que hacer durante las dos vueltas que daremos. No son de gran desnivel pero a esa altura de un maratón cualquier cuesta deja mella.
Nada como los ánimos de la familia




Al iniciar la primera vuelta están nuestros familiares. Sus ánimos hacen que el siguiente Km lleve una sensación de autosuficiencia enorme. Tomamos el segundo gel (en mi caso con cafeína) a la altura de Riazor (Km 24). Empiezan los primeros síntomas de desgaste en la subida a la rotonda de Labañou.                                                                                                                                                                

En un maratón toca sufrir sí o sí

Bruno pasar por dificultades y Carlos, (¡qué grande!) no para de animarlo. También le digo algunas frases de ánimo pero Carlos quiere que ahorre energía y me dice “tú cállate” jajaja. En la subida a la Torre le cuesta mantenerse en el grupo. Adán le dice a Víctor tire para adelante y me comenta que si me encuentro con fuerzas que lo acompañe. Prefiero ser cauto ya que estamos sobre el Km 28 y, aunque aún voy bastante entero, queda un mundo.La bajada camino de Riazor permite recuperarse de la subida a la Torre pero Bruno sigue con dificultades. También ayuda a “tomar aire” los ánimos del numeroso gentío que encontramos en el tramo central de la Avenida de Barrié de la Maza donde volvemos a cruzarnos con nuestros familiares. Muchas muestras de ánimo, muchos “vamos Pancho que esta vez sí” o “hoy serás sub 3”. Sigo sin ver el reloj y camino de Riazor empiezo a sacarle unos metros a Bruno y Carlos. Tomo el último gel de cafeína en el Km 34.  Ya no voy fresco pero ahora es cuando hay que ser fuerte de cabeza. Me cuesta seguir a Rubén Vila (Egovarros) y Ángel Bello (3&run Pedro Nimo). El primero se me va unos metros y al segundo a duras penas lo sigo. 

Km 34
Y llega el Km 35 y aparece mi “ángel de la guarda”: Carlos Adán me coge y empieza a tirar diciéndome “hasta la subida a la Torre voy contigo y luego me voy a ayudar a Víctor”. Es un momento clave, lo que necesitaba para no desfallecer, toca apretar los machos y tirar detrás del míster. Parece que “revivo” y el que se queda unos metros es Ángel Bello.

Cerca de la Torre de Hércules Adán empieza a tener problemas en los gemelos y me dice que se queda conmigo hasta el final, que no puede ir a por Víctor ya que corre el riesgo de romper. En los Km que quedan no para de animarme: “Vamos Pancho solo queda un 5000”, y luego, “venga un 3000”, “vas a hacer una marca que te cagas”, “vamos ahora todo es bajar y llanear” …y escucho los ánimos de la gente del público y de los corredores con los que nos cruzamos. Ya voy tan cansado que no sé quiénes son, solo llegan a mis oídos sus ánimos. Voy muy justo, desde la 2ª subida a la torre mi tensor de la pierna derecha se va quejando pero casi estoy tocando el sueño. 


Aunque al límite, ya queda poco
 
Muerto pero con determinación llegamos a la plaza de Pontevedra y enfilamos un último Km maravilloso, por esas calles empedradas y con la dulzura que da ver el recorrido vallado, ya que indica que la meta está en un suspiro. A falta de 500 metros grito de rabia bien alto “¡hostia!” y Carlos dice “¡Qué no llegamos!”. Lo sé, pero aunque me diera un tirón llevo margen… Miro al cielo y me acuerdo de mis padres… y entramos en María Pita y como colofón Carlos me extiende su mano para chocar la mía.  

Últimos metros con la felicitación del mister

El abrazo al cruzar la meta tendrá que esperar pues lo entrevistan. ¡2:56:12! Ha sido sublime. Tuve la fortuna de que las circunstancias de la carrera me permitieran tener una liebre de lujo, no se puede pedir más.

Atletismo en estado puro

Me cuelgan mi medalla y rompo a llorar de emoción y varios compañeros me felicitan y abrazan. El esfuerzo ha tenido su premio ¡por fin!. La felicidad será completa cuando al poco tiempo entra Bruno (carrerón superando las adversidades). Ha sido fantástico: Alejo 2:49, Víctor 2:54 y Bruno 2:58. Después el abrazo con mis hijas y mi mujer. 


Tres nécoras felices
Para el CARMA ha sido un gran día ya que Carlos Cid hace una buena marca, Jorge ha sufrido pero otra para el saco y Javi se estrena en la distancia con el “espíritu CARMA” acompañado de dos experimentados compañeros: Fernando Abreu y David Boleas.



Después tocó comida con los familiares y compañeros del Athletics.



Para terminar los agradecimientos. Los primeros para aquellos que han puesto su grano de arena en el logro, desde de Fernando Abreu “Mincha”, mi hermano atlético, mi guía en los comienzos, con el que hice mi primer maratón y con el que he vivido momentos muy emotivos. Luego tuve de entrenador a Pedro Gonçalves “Igor” en los siguientes 4 y con el empecé a hacer un plan personalizado y comenzaron las series. Moito obrigado a Igor!!!! Otra persona importante es mi apreciado amigo Pedro Nimo, demostrándome su complicidad desinteresada, me hizo un plan para el Bilbao Night Marathon, consciente de que valía con holgura un sub 3. La calamidad quiso que esa noche de octubre hubiera 25º C y una altísima humedad y no le pude corresponder. Por último agradecer la ayuda del actual mister, Carlos Adán, al que le debo un respeto porque nació un día antes que yo jajaja. A ellos a nivel atlético le dedico mi humilde logro.


En las gratitudes no pueden faltar mis compañeros del CARMA y especialmente los dos con los que más Km comparto: Víctor y Bruno. Muy buena gente. De los comapañer@s lesionados, especialmente los de mi equipo. Tampoco me puedo olvidar de una legión de compañer@s corredor@s que me han alentado en este camino. No merezco tanto cariño pero un millón de gracias. Y por último mi familia: mi mujer y mis hijas, a las que le robo el tiempo necesario para entrenar: os quiero.

Salud y Km!!!!!!
Persigue tus sueños. MARATONIAN@S